¿Se irá?

Seguramente se debe haber arrepentido de lo que dijo. De haber sido nuevamente tan frontal. De que le hayan salido esas palabras en medio de la seguridad que le decía que el título lo tenía adentro, cuando ya empezaba a saborearlo. A punto de definir el Apertura en un desempate, Ricardo La Volpe todavía no dejo claro si finalmente se irá. Del "me voy, porque no convencí" pasó a "si ganó, sigo". Cambió su discurso, confunde dentro de una confusión que él mismo generó. Macri y Pompilio no pretenden que se vaya, no tienen ganas de salir a buscar de urgencia un nuevo técnico. Si pierde entonces, él dirá que se va y los dirigentes le pedirán que continúe.
Evidentemente La Volpe en apenas 3 meses revolucionó todo. Arrancó a los tumbos, su equipo perdió el clásico con errores como salir jugando desde el fondo por propia idea del DT; se recuperó, lo puso a Guillermo, lo resucitó a Morel, hace la suya y se encarga siempre de diferenciarse con su antecesor con quien jamás dialogó. Puso línea de 3 y también de 5 muchas veces más que la de 4 que los convencionales le reclamaron. Llegamos al dia más importante de su ciclo y todavía ningún "especialista de Boca" de esos que duermen en el club y que tratan de mostrarse como amigos de él, pudo confirmar quiénes serán los titulares.
La Volpe, amante del feng shui y de las energías positivas, ya habrá consultado a sus especialistas sobre si hoy en el Amalfitani los astros se posarán de su lado en este partido clave para su vida. También sabe que si la derrota lo toca, quedará marcado por un hecho insólito en la historia de Boca y el pueblo xeneize le dará la espalda.