miércoles, 29 de noviembre de 2006

La novela del día

Como siempre donde hay un argentino parece haber conflicto y si hay muchos y todos juntos, peor. Por eso hace poco se escuchó hablar de divisiones en el plantel de José Pekerman tras la eliminación en el Mundial de Alemania o de diferencias entre la Selección de Basquet y su DT Sergio Hernández. Ahora, se publica una pelea entre Alberto Mancini, capitán del equipo de Copa Davis, y la figura David Nalbandian. Y eso que todavía hay chances de sumar el único logro deportivo para el país en el año. El problema entre estos dos, fue que el cruce de opiniones que tuvieron lo expusieron delante de todos los periodistas, fotógrafos y camarógrafos que viajaron especialmente a cubrir la final. O sea, les dieron la comida servida en bandeja. En Clarin, La Nación y Olé se cubrió el tema de una manera especial, con muchas fotos que documentan la "pelea" y con explicaciones de la discusión. Al rubio de Unquillo le molestó que Juan Chela sea el segundo singlista y no Agustín Calleri, con quien tiene mayor afinidad.
Tras haberse comido sus laptops con todo lo que escribieron los periodistas que también duermen en Moscú como ellos, tanto Luli como Nalby (encima tienen apodos de vedettes que se pelean en lo de Rial) salieron a declarar que estaban enojados por lo que se comentó, que sólo hubo un cambio de opiniones, que molesta que "elucubren" sobre una charla y que pareciera que un capitán no puede dialogar con su jugador. El número 8 del mundo fue contundente: "lo de los medios es lamentable".
Seguramente, si el fin de semana no hay festejo argentino en Rusia, la mayoría de los medios "lamentables" van a atribuir la derrota a esta "pelea".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si perdemos en la final, yo le atribuiría gran parte de la derrota al periodismo deportivo, que siempre sobredimensiona las cosas.

Anónimo dijo...

La presión que tienen los muchachos para ganar hace que ocurran estas cosas, además Nalbandian sabe que es el número 1, lo mismo hacía Diego, elegía quien y quien no. Es un mal argentino, doloroso pero real.